Horacio Quiroga (Uruguay, 1878-1937)

Introducción:

     Horacio Quiroga es uno de los maestros del cuento, no sólo latinoamericano sino mundial, comparable en su dominio del género a sus contemporáneos Kipling y Maupassant.  Escribe con una gran economía estilística, sin detalles superfluos.  Pero logra crear cuadros intensos, de gran dramatismo y profundidad psicológica.  Predominan temas macabros en sus cuentos—el de la muerte violenta, sobre todo—lo que refleja, sin duda, las muchas muertes violentas ocurridas en su propia vida (véase biografía).  Pero es notable también el gran sentido de humanidad de Quiroga, su conocimiento profundo del corazón humano, incluso en sus aspectos más tiernos y generosos.

     Como muchos de los cuentos de Quiroga, los tres que vamos a leer tienen lugar en Misiones una región selvática del norte de Argentina, donde Quiroga vivió por muchos años.  Siendo una región fronteriza (entre Argentina, Brasil y Paraguay), de habitantes diversos (indígenas e inmigrantes de muchas culturas), Misiones le ofrecía a Quiroga una gran riqueza de tipos y situaciones sociales con que trabajar en sus cuentos.  También le ofrecía un ambiente natural de esplendor (en Misiones,por ejemplo, se encuentran las cataratas de Iguazú) y de violencia:  las tormentas, las enfermedades selváticas, los animales ponzoñosos, etc.  Por eso, sus cuentos situados en Misiones suelen tener como tema principal la lucha del ser humano contra la Naturaleza, los problemas de la supervivencia humana en el nivel más básico.

 

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